La diáspora dominicana parece encaminada a convertirse en una fuerza electoral que pueda decidir quien será el próximo presidente de la República Dominicana para las elecciones generales a celebrarse probablemente el 12 de mayo del año 2024, en la que estarían convocados aproximadamente más de 8 millones de votantes, destacándose que el padrón de electores del exterior diseminado en tres circunscripciones representa el 10 % de ese universo, ubicándolos por encima de la Provincia de San Cristóbal, que ocupa el cuarto lugar de importancia en el mapa electoral de república dominicana.
Esta realidad, es la que ha empujado a prominentes ciudadanos dominicanos residentes en el exterior a gestar acciones de tipo político-electoral, para con ello procurar agenciarse espacios en las instancias de toma de decisiones, tras entender que ellos son más que las frías estadísticas reflejadas en las remesas que cada año alimentan parte importante de la economía del país.
Fue para las elecciones presidenciales del año 2004 que se cristalizó el sueño de los dominicanos emigrantes de ejercer el derecho al voto, no importando el lugar en donde residieran, y más adelante, con la reforma constitucional del año 2010, se estableció que la diáspora podía elegir sus representantes por ante la Cámara de Diputados, lo que ha generado desde entonces un crecimiento sostenido del padrón de electores de la diáspora, que como he dicho anteriormente, este segmento poblacional, puede ser el gran pastel que aspiren disputarse los distintos partidos en el próximo proceso.
Recientemente, una fuente de entero crédito nos ha compartido la información de la conformación de un movimiento político denominado “Frente Electoral del Exterior –(FE)-” en la que un grupo de prominentes dominicanos diseminados en las tres circunscripciones (Estados Unidos, Europa y Latinoamérica), tienen como propósito esencial consolidar el voto del exterior, tomando distancia de los colores partidarios tradicionales, para que ese voto duro, ajeno al clientelismo, les permita convertirse en una fuerza electoral determinante, cuyo endoso a cualquier fuerza política, seria de vital importancia.
Este Frente Electoral en gestación, según nuestra fuente, entienden que los políticos tradicionales los valoran y consideran solamente en cada proceso electoral y que consolidar sus fuerzas, es la única manera de ser oídos de forma directa, lo que les permitirá una participación activa en la estructuración de una agenda con propuestas de políticas públicas de interés nacional, y en la que obviamente la diáspora, que siempre ha estado apegada al sentimiento nacional, sea insertada con los reclamos que por años le han exigido a los diferentes gobiernos que han dirigido el país.
La diáspora dominicana parece encaminada a un empoderamiento real y efectivo al través del Frente Electoral del Exterior (FE) para las elecciones del año 2024, cuyo escenario al día de hoy luce muy complejo, y si este movimiento logra cumplir su cometido, pudiera ser la diferencia que le haga falta a una de las fuerzas que se disputen el poder.