Los argentinos van a las urnas este domingo

Los argentinos celebrarán el próximo domingo unas elecciones presidenciales que están marcadas por una economía en jaque, con graves desequilibrios monetarios y fiscales, la actividad estancada, el fantasma de una hiperinflación al acecho y niveles de pobreza en ascenso.

Sin oxígeno para funcionar, la segunda mayor economía suramericana acumuló hasta julio pasado una contracción del 1.8 % y el consenso de los consultores privados marca que el PIB caerá este año un 2.8 desde una expansión del 5 % en 2022.

“La actividad económica volvió a estancarse en los últimos meses y las proyecciones indican una caída de más del 2 % para este año” Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso.

Es que la principal preocupación de los argentinos es la inflación, con un índice de precios al consumidor que se situó en el 138,3 % interanual en septiembre y que, según proyecciones privadas recabadas por el Banco Central, acumulará este año un alza del 180,7 %, la tasa más alta desde la hiperinflación de 1989-1990, un fantasma que pesa, y mucho, entre los votantes.

La inflación alimenta la demanda de dólares por parte de quienes logran ahorrar algo de ingresos y buscan zafarse de la depreciación constante del peso argentino.

Y el resultado es la recurrente tensión en un mercado cambiario atravesado por fuertes restricciones en la plaza oficial, múltiples tipos de cambio paralelo y bruscos saltos en las cotizaciones que, con un “efecto contagio”, retroalimentan las alzas en todos los precios de la economía real.

En la raíz de este fenómeno afloran los desequilibrios fiscales y monetarios de Argentina, agravados este año por el impacto de una sequía sin precedentes que golpeó de lleno el potente sector agropecuario, la mayor fuente de ingresos por exportaciones del país suramericano.

Según cálculos privados, el déficit fiscal acumulado hasta agosto pasado ronda el equivalente al 1,22 % del PIB y las reservas netas reales del Banco Central son negativas, de unos -7.000 millones de dólares.

“La macroeconomía argentina se encuentra en una situación de extrema delicadeza. Estamos transitando la inflación más alta en los últimos 32 años, contamos con un Banco Central prácticamente quebrado y una indisciplina fiscal fenomenal que alimenta la emisión monetaria y las expectativas de mayor inflación”, señala Moschet.

https://www.elcaribe.com.do/