Por: Homero Luciano
La España del siglo 19 estuvo matizada por una serie de acontecimientos sociales, políticos y económicos muy convulsos, que impidieron que esa sociedad se montara en la ola del desarrollo que traía consigo la revolución industrial que empezaba a florecer en la mayoría de las naciones europeas.
Durante el periodo conocido en la historia española como el “Sexenio revolucionario -1868-1874-“, aunaron esfuerzos los progresistas y demócratas, sumando un segmento importante del ala conservadora (que era mayoría en la España rural de la época), para derrocar el desacreditado reinado de Isabel II, y proclamar la Primera República, de efímera existencia (1873-1874) , debido a que este nuevo sistema político no logró ponerle fin a los conflictos sociales que seguían suscitándose en toda España.
Las discrepancias de los diferentes sectores que impulsaron el nuevo sistema, dio origen a que en un periodo de menos de dos años, desfilaran por la presidencia de la recién nacida república ocho ilustres ciudadanos, entre federalistas y centralistas, siendo uno de ellos el intelectual y orador de grandes quilates Don Emilio Castelar Ripoll, centro de interés del presente artículo.
Don Emilio Castelar nació en Cádiz, el siete de septiembre de 1832, estudio derecho, filosofía y letras en la Universidad de Madrid. Novelista y también Periodista, fue el fundador de importantes periódicos, en los cuales brilló su pluma de altos vuelos. Incursionó en la política, ardiendo en el mismo vórtice de la vorágine de la época, protagonismo que provoco que fuera condenado a muerte, razón que lo obligó irse al exilio a Francia durante dos años (1866-1868)
A su regreso del exilio, relanzo de nuevo sus ideas a favor de la Republica y ocupó importantes funciones en el estado y en la academia universitaria. En 1874 alcanzó la Presidencia de la Primera Republica hasta que fue obligado a dimitir el 2 de enero de 1874“por el golpe de estado orquestado por el general Pavía, y así terminó la Primera República, y se restaura la monarquía. Castelar vuelve al exilio.
En 1880, seis años después de su segundo exilio, Castelar regresa a España y funda el 2 de octubre de ese año, el partido político, el «Posibilista», de signo democrático, con la finalidad de construir espacios de entendimiento y negociación con los adversarios políticos en aquellos momentos, bajo el predicamento de que más que una República conservadora, los tiempos imponían una Monarquía democrática, y abogó por el establecimiento de esta última, sustentado así la teoría posibilista de que “Hay que aprovechar para la realización de determinados fines o ideales, las posibilidades existentes, aunque estas en un momento determinado no sean afines a los objetivos primarios que en principio se enarbolan”.
Es oportuno resaltar que durante el periodo de la Primera República Española, en Santo Domingo se proponía anexar la naciente República Dominicana a España (1863-1865), Castelar se opuso a la anexión y fue defensor a ultranza de los patriotas restauradores. Esta solidaridad consta en epístolas cursadas con el historiador José Gabriel García.
Ante este compromiso histórico, el día 13 de noviembre de 1934, el Ayuntamiento de Santo Domingo designó una calle en el sector de Villa Francisca con el nombre de Emilio Castelar. El 29 de octubre del 2019, el Pleno de la Junta Central Electoral emite la resolución que reconoció como organización política al partido “PAIS POSIBLE”, una nueva fuerza política, que sin ninguna duda también le honra, y se cobija bajo sus luces, doctrina y principios para bien de toda la sociedad y pueblo dominicano.