Fort Myers Beach está simplemente destruida. Los negocios ya no están. Obviamente, ya no hay empleos, al menos temporalmente. Las labores de limpieza tomarán semanas y casi sin lugar a dudas tendrán que preceder a cualquier esfuerzo de reconstrucción.
“Todo nuestro personal está a salvo y aunque el restaurante sufrió increíbles daños, la estructura del edificio está intacta”, dijeron los propietarios de Nervous Nellie’s, un restaurante de mariscos en la playa. “Esperamos salir de esta y volver más fuertes que nunca”.
En toda la región — Naples, Fort Myers, Sanibel — la magnitud de los daños es imposible de ignorar. A lo largo de la carretera federal 41, la principal autopista de la región, incontables letreros fuera de los establecimientos están dañados, rotos o simplemente ya no están. Los postes de las calles están doblados, sin oponer resistencia a los vientos y la fuerza de Ian. Las puertas en las unidades de almacenaje quedaron torcidas, y las pertenencias en su interior quedaron esparcidas por todos lados. La mayoría de los semáforos no sirven, y en algunos casos los cables quedaron colgando sobre las calles.
En un caso, un letrero vial que daba instrucciones hacia la autopista interestatal 75 quedó aplastado un letrero electrónico que advertía a los conductores sobre un carril cerrado.
“He visto algunas cosas”, dijo Clark Manchin, un director de proyectos de construcción, mientras evaluaba los daños. “Pero nunca había visto algo así”.