Buscar empleo es un trabajo, sin embargo, muchas veces conscientemente se cometen ciertos errores que espantan a la empresa que te quiere contratar. Por ello, la experta en Gestión Humana, Luisa Bernhardt, explicó al periódico Diario Libre las «metidas de pata» que dan muchas personas en este proceso.
En primer lugar, ¿llevas mucho tiempo buscando empleo y nunca consigues respuestas?
Si bien es cierto que contar con la preparación adecuada juega un papel fundamental al momento de ser seleccionado para una vacante, hay ciertas ‘metidas de pata’ que pueden empañar tus aptitudes profesionales, llevándote directo a la lista de los que reciben el típico “nosotros te llamamos”.
De la mano de la experta en gestión estratégica del capital humano y en bienestar organizacional Luisa Bernhardt Franco (@luisabernhardt) te compartimos nueve errores comunes que se cometen de manera inconsciente al momento de buscar trabajo que pueden ser corregidos e incluso evitados.
Nueve errores que cometes a la hora de buscar empleo
1. Hacer de tu CV un folleto
Algunos candidatos tienen la percepción de que mientras más extensa es su hoja de vida, más elevado se ve su perfil: ¡nada menos cierto que esto! Una de las características de un buen CV, más allá de la información académica, laboral y las competencias que en él puedan visualizarse, es que sea fácil de leer y que rápidamente capte la atención.
“En una ocasión recibí la aplicación de una persona para realizar una labor docente y cuando le pedí su hoja de vida, me entregó algo más parecido a un libro de texto. El ‘documento’ estaba encuadernado en tapa dura y tenía más de 80 páginas, 10 eran de experiencia laboral y las demás eran copias de los certificados. Cabe destacar que, de la información, apenas un 20 % tenían relación con la vacante a la que aplicaba”, dice la profesional.
Lo ella que sugiere es hacer de tu CV lo más corto pero valioso posible. Esto se logra adaptándolo a cada vacante; es decir, quitar y poner información (verídica, claro), según se ajuste.
2. No cuidar tu marca personal
Si eres de los que defiende la idea de que lo que publicas en tus redes es tu vida personal, y no tiene porqué influir en el ámbito laboral, lamentamos decirte que sí influye, y mucho. “Debe haber coherencia y ambas facetas deben congeniar. Hemos visto cómo grandes figuras del arte, la política e incluso empresarial se han visto envueltos en aprietos por entrar en contradicción la faceta pública y privada. La diferencia está en los detalles y cómo los cuidamos. Como dice un refrán, la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”, comenta la experta.
3. No conocer la empresa a la que aplicas
¿En algún momento de tu vida has decidido ir a una casa a dormir, sin conocer a nadie de los que allí viven? Lo mismo sucede cuando aplicas a una organización y no tienes idea de qué hace. Con la exposición de información a la que hoy tenemos acceso, hay más de una vía para conocer sobre la misión, visión, valores e incluso el público y rango de acción de una empresa. Además de su página web, puedes encontrar información de valor en su perfil de Instagram, Facebook, LinkedIn o Glassdoor.
“Saber estos datos hace la diferencia entre que seas un completo extraño o el candidato que conecte en la entrevista más allá de todas las competencias y habilidades que puedas tener, porque refleja interés y respeto hacia la organización”, destaca.
4. Enviar correos masivos
Es común buscar en las páginas de las empresas los correos del área de Gestión Humana para enviar el currículo, poniéndote a disposición para alguna vacante, ya sea existente o que pueda presentarse. Esto válido, pero Bernhardt aclara que hay que tener cuidado con enviar el mismo correo a varias empresas de manera visible.
“Esto deja mucho que decir del posible candidato, es como si para la fiesta de graduación invitaras a varias chicas para ver quién dice que sí primero, y no contabas que entre todas se contarían sobre tu invitación”, comenta. Según explica, esto deja ver a las empresas que ninguna es especial, sino que andas a la caza de la primera que ‘caiga’.
“Tomate tu tiempo y envía cada correo de manera individual y poniendo en el encabezado el nombre de la organización”, recomienda.
5. Traspasar el nivel de confianza en la entrevista
“En una ocasión una compañera me comentó cómo un entrevistado bostezó y se estiró en plena entrevista porque confundió el que ella fuera una reclutadora afable con el hecho de que él sintiera que estaba en la sala de su casa”, relata la especialista.
Si bien es cierto que los dominicanos en especial somos culturalmente muy extrovertidos y cálidos, no se debe nunca confundir la amabilidad para pasarse de confianza. “Utilizar términos muy coloquiales o chabacanos (sin importar la posición para la que se aplique) o pasarte de confianza puede ser tu debut y despedida antes de entrar a una organización”, puntualiza.
6. No leer con detenimiento la vacante
Esta, de acuerdo con Bernhardt, es uno de los errores más comunes: muchas personas se limitan a leer solo el título y no la descripción, lo cual puede hacer la diferencia no solo entre aplicar o no, sino en cómo afecta tus posibilidades en otra posible vacante.
“He visto a candidatos que aplican a una vacante porque en el título vieron la palabra ‘comunicaciones’ y pensaron inmediatamente que hacía referencia a redes sociales, comunicación social o áreas parecidas, sin percatarse de que en la descripción hacía referencia a telecomunicaciones”, cita. Detenerse a leer y hacer una especie de cruce entre lo que pide el puesto y lo que tienes (FODA), dice, es importante para, a partir de ahí, si decides aplicar, saber con qué fortalezas minimizarás tus debilidades.
7. Actuar como un acosador
“Entre las cosas más extremas que he visto en mis años en Gestión Humana están aquellos postulantes que enviar diario (sí, diario) dos y tres veces su CV”, comenta la profesional, quien recomienda dar seguimiento al enviar una hoja de vida a una empresa, pero sin rayar en los extremos.
Pensar que, por ser insistentes, el reclutador dirá: “Déjame salir de este postulante”, es una idea muy lejos de la realidad; solo te hace ver ante la empresa a la que aplicas como intenso, y seguro no es la impresión que quieres dar.
8. Hablar mal de la organización donde trabajabas antes
“Cuando veo esto viene a mi mente una película en la que un joven estaba cortejando a una chica y se pasó toda la cena hablando barbaridades de su ex: ¡alerta roja! Así como habla de su ex, cuando tú lo seas, pasará lo mismo”, explica Bernhardt, añadiendo que igual pasa en las empresas: nadie quiere contratar a una persona que habla pestes del lugar donde trabajó.
Alguien que hable mal de su antiguo trabajo primero compromete el clima del área donde trabajaría y, segundo, deja entrever su poca ética y discreción, lo que no inspira confianza a las empresas. Lo mejor es solo enfocarte en hablar sobre lo que aprendiste, tus habilidades y cómo te ayudó a crecer como profesional. “El hecho de que una empresa te haya separado de sus filas, no es motivo para sentirte avergonzado, y recuerda que lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro”, enfatiza.
9. No prepararte
¿Te citaron para la entrevista?, debes prepararte. No se trata de que te ‘embotelles’ todo como cuando estabas en la escuela, pero sí de hacer lo necesario para que los nervios no te traicionen cuando llegue el momento. Define qué buscas, qué te hace diferente, tus objetivos profesionales o posibles preguntas que te gustaría hacer. Investiga de ante mano el código de vestimenta permitido en la organización o si hay espacios para parqueo, y, por último, pero no menos importante, sé puntual. “Esto te servirá para disminuir la presión de la entrevista, ahorrar tiempo y dar una buena primera impresión”, explica.
Nota original de Diario Libre