Ferrari estuvo cerca de cumplir con un 1-2 en el Gran Premio de Austria de Fórmula 1, pero en el tramo final la Scuderia sufrió el abandono de Carlos Sainz que tuvo un marco dramático pues su auto terminó en llamas luego de la rotura de su motor.
El español, que venía de ganar en Silverstone, pudo bajarse de su F1-75, pero demoró unos segundos y eso alertó a todos durante la carrera.
Luego de las segundas detenciones en los boxes para poner el compuesto duro de los neumáticos, los autos rojos tuvieron un buen ritmo y Sainz se había ubicado tercero y fue por Max Verstappen para poder superarlo y quedarse con el segundo puesto.
Era un hipotético 1-2 de la casa de Maranello, pero en la vuelta 57 el español padeció su percance.
Al madrileño se le rompió el impulsor de su coche y quedó al costado de la pista. Primero salió un humo y el fuego apareció rápido lo que generó preocupación.
Encima el auto se fue para atrás por estar en una pendiente y Sainz no se pudo bajar rápido. Pero el piloto fue socorrido por los auxiliares y logró descender del vehículo, cuyas llamas fueron apagadas, pero el monoposto quedó con serios daños.
“El problema apareció de golpe. Hay que ser positivos porque estamos yendo rápidos y podemos ganar”, contó el español luego de la competencia. Carlos en la fecha anterior consiguió su primera victoria en la Máxima y fue en el Gran Premio de Gran Bretaña.