Por Lic. César Fragoso
En lo que va del 2025, el mercado de bienes raíces de la República Dominicana ha mostrado señales de fortaleza y crecimiento moderado, dejando atrás las turbulencias que afectaron años anteriores. Aunque no es un año explosivo, sí es un período de mayor estabilidad y mejores oportunidades tanto para compradores como para inversionistas.
En el 2023, el sector inmobiliario experimentó un período de desaceleración. La combinación de costos de construcción elevados, tasas de interés aún en recuperación y cautela general entre los desarrolladores provocó que el mercado avanzara con menos fuerza que en años previos. Fue un año de ajustes, donde muchos proyectos decidieron avanzar más lentamente y otros se mantuvieron en etapa de planificación.
El 2024 representó una transición hacia la estabilización. Aunque todavía se sintió el impacto del año anterior, se registró una ligera mejoría. Este fue un año donde el mercado se movió, pero con menos lanzamientos nuevos y con un enfoque mayor en avanzar proyectos ya iniciados. Los compradores continuaron activos, especialmente en zonas urbanas y turísticas, pero con decisiones más racionales y orientadas al valor real de cada propiedad.
Sin embargo, uno de los indicadores que mostró tensión en 2024 fue la disminución en nuevas licencias de construcción. Aunque hubo menos proyectos iniciados, esto no significó un deterioro del mercado, sino un replanteamiento del ritmo de crecimiento. Los promotores apostaron a desarrollos más estudiados, más sostenibles y con mayor probabilidad de éxito comercial.
Al mismo tiempo, la cantidad de metros cuadrados anunciados o activos en el mercado continuó creciendo de forma gradual. Esto indica que, aunque se otorgaron menos permisos, los proyectos que sí se desarrollaron fueron de mayor escala o con mejor planificación. El enfoque se movió hacia proyectos más sólidos, con amenidades relevantes y ubicaciones estratégicas.
En cuanto a los costos de construcción, entre 2023 y 2024 se mantuvieron en tendencia ascendente. Aunque las variaciones no fueron extremas, sí se sintió un aumento constante en materiales como acero, cemento y acabados importados. Esto elevó los costos finales de las unidades nuevas, lo que empujó a los compradores hacia proyectos ya en ejecución o a unidades terminadas con precios más competitivos.
En relación con los precios de venta, en los últimos años se ha visto un crecimiento sostenido en la mayoría de las zonas del país. Desde 2023 hasta finales de 2024, los valores por metro cuadrado siguieron subiendo a un ritmo moderado, especialmente en Santo Domingo, Punta Cana, Bávaro y Las Terrenas. Este aumento se debe a tres factores fundamentales: la fuerte demanda, el interés continuo de extranjeros y el encarecimiento de los costos de construcción. En términos generales, los precios promedio del metro cuadrado en proyectos modernos se han mantenido en rangos superiores a los años anteriores, reflejando un mercado que continúa fortaleciéndose.
Ya entrando al 2025, el comportamiento ha sido más positivo. El crédito hipotecario se ha dinamizado, con un crecimiento notable comparado con años previos. Esto significa que más familias y más inversionistas han logrado acceder a financiamiento para adquirir viviendas, lo cual impulsa directamente la actividad del sector.
Además, en este 2025 se ha fortalecido el interés internacional por invertir en el país, especialmente en propiedades turísticas. La República Dominicana continúa consolidándose como uno de los destinos más atractivos del Caribe para comprar segunda vivienda, propiedades para renta vacacional y desarrollos de uso mixto.
Comparando los tres años, se puede resumir así:
- 2023: Ajuste y desaceleración.
- 2024: Estabilización y reordenamiento.
- 2025: Recuperación y consolidación del mercado.
Si miramos hacia lo que podría ocurrir en diciembre de 2025, es probable que el mercado cierre el año con mayor actividad de la habitual. Tradicionalmente, los meses de cierre generan más movimiento por decisiones fiscales, planificación familiar y promociones que lanzan las constructoras para cerrar inventario. Si la economía se mantiene estable, diciembre podría ser uno de los meses más fuertes del año en ventas.
Pensando ya en el 2026, el escenario luce prometedor. Se espera un mercado más maduro, más organizado y con un crecimiento sostenido, aunque ya no tan acelerado como en los años pospandemia. La demanda interna seguirá fuerte debido a la necesidad permanente de vivienda, mientras que la demanda internacional mantendrá presión positiva sobre los precios en las zonas turísticas.
Para los desarrolladores, el 2026 será un año donde se premiará la planificación inteligente: proyectos mejor ubicados, con amenidades diferenciadoras, financiamiento flexible y mayor transparencia comercial. Los compradores se están volviendo más exigentes y mejor informados, por lo que la calidad del producto será clave.
Los agentes inmobiliarios también verán un mercado más competitivo, donde la asesoría profesional, el conocimiento técnico, el análisis de rentabilidad y la capacidad de orientar al cliente serán elementos esenciales para destacar y cerrar negocios.
En conclusión, la evolución entre 2023 y 2025 muestra un mercado que pasó de la desaceleración a la recuperación ordenada. Y si las tendencias actuales se mantienen, el 2026 será un año de crecimiento sostenido, con un sector inmobiliario más fuerte, más profesional y con nuevas oportunidades para quienes sepan identificar las mejores zonas y los proyectos con mayor potencial.