GALICIA.- El exmilitar dominicano y padre de tres hijos, Manuel Arturo Mateo Bidó, dirige un exitoso local de hostelería con su socia, Dahiana Alcántara, y acaba de constituir la Asociación de Dominicanos en Galicia, de la que es presidente.
Estaba en la Dirección Nacional de Control de Drogas de su país. Un militar que recibía formación en Estados Unidos y que un buen día decidió cambiar de vida.
«Vi lo que les pasaba a muchos de mis compañeros, algunos murieron y otros acabaron presos. Pedí una excedencia que creo que ya se acabó y me vine para aquí», relata Mateo Bidó. Todos lo llaman Mateo, que en realidad es apellido, a este entrañable hostelero que se vino a trabajar a una ciudad en la que ya tenía familia.
«Mi hermana se vino hace 30 años gracias a una amiga, y poco a poco fuimos viniendo los familiares. Yo llegué en el 2017, pasé del Ejército dominicano a pelar patatas en La Dehesa. Fregaba platos, pero me fijaba en todo lo que hacían los otros. Estuve dos años, fui adquiriendo habilidades y pasé a la freidora, a llevar los fuegos», recuerda este hombre de 40 años y tres hijos de 14, 10 y 9.
Su hermano decidió abrir negocio propio, el Cooltura, también en la zona de San Pablo, y Mateo se fue con él. «Estuve con ellos tres años, en la cocina y de camarero. Pero me surgió la oportunidad de abrir algo por mi cuenta. Se lo debo a un amigo de Haití que trabajaba en la plaza de Azcárraga y me dijo que yo era un diamante en bruto en el trato con la gente. Me hice cargo de lo que era El Castillo y gracias a Dios ha ido muy bien», destaca mientras su socia y cocinera, Dahiana Alcántara, asiente con una gran sonrisa.
Mayores y niños
Hace un año que se convirtió en autónomo. Me enseña la hoja de la agenda del 23 de junio, de hoy, no hay ni un hueco. Está contento con la respuesta de la gente y al mismo tiempo fastidiado por no poder atender a todo el mundo como el gustaría. El bar San Pablo, en Magistrado Manuel Artime, ya cuenta con una clientela fija y en la zona todo el mundo conoce a Mateo.
«La gente mayor y los niños se vuelven locos conmigo. Los mayores me dicen que les ponga yo de comer. Vino la hija de una señora que es habitual para darnos las gracias porque su madre estaba comiendo más gracias a nosotros. Llamamos a cada cliente por su nombre, siempre ofrecemos pinchos y los precios son razonables. Dejamos de ganar y trabajamos mucho, pero es lo que nos propusimos. Creo que la hostelería está para el que le gusta. Yo me voy a casa por mi mujer y mis hijos, si no pasaría más tiempo en el bar», reflexiona este dominicano originario de San Juan de Vallejuelo. Dahiana cocina platos de aquí. «Todo es elaborado en casa. Lo que más piden es tortilla, croquetas, pulpo, arroz… Yo prefiero la tortilla a los frijoles», comenta sonriente.
Asodoga
Como tiene un corazón más grande que él, quiere ayudar a sus compatriotas. Acaban de crear Asodoga, Asociación de Dominicanos en Galicia, y el primer presidente es Mateo.
«Estuvimos formalizando la constitución de la asociación, que es sin ánimo de lucro. Se trata de prestar ayuda a los latinos, no solo a los de mi país, y al mismo tiempo, mezclar las culturas de aquí y de allá. Nos gustaría contar con un piso de acogida para que estuviesen mientras arreglan su situación», explica.
Le gustan Juan Luis Guerra y la salsa, pero también Joaquín Sabina, su ídolo, y Julio Iglesias. Cuando no está en el bar San Pablo o con su familia, le gusta ir a jugar al dominó dominicano. «Voy a la Barcelona, al bar de Kiro o a otros locales donde hay partidas», asegura.
Es de los que siempre intentan aprender algo nuevo cada día y siempre está pensando en crecer. «Si hubiera oportunidad se podría valorar, pero sin perder la cercanía y el trato con la gente», afirma Mateo.
Llegó 15 minutos tarde a nuestra cita, pero una vez que estás con él tampoco tiene ninguna prisa. Es una maravilla ver cómo trata a la gente mayor de la zona de San Pablo este militar dominicano que un buen día cruzó el charco para pelar patatas y convertirse en empresario.