Luis Miguel impone su categoría en gran concierto en el Olímpico

El cantante Luis Miguel impuso su categoría bien ganada de astro latino en un concierto que llenó todas las expectativas, pese a la fallida noche anterior que terminó pospuesto por inconvenientes técnicos y de logística.

En la reposición de este jueves, el respeto al público, en cuanto al tiempo, pasó con notas altas. No hubo contratiempos. A las 7:00 de la noche ya el «Sol de México» había bajado en helicóptero al terreno del play del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y las filas fueron ágiles.

Con un Estadio Olímpico lleno y a sus pies y una imponente escenografía, tres pantallas gigantes, sus músicos y las bellas coristas, a las 8:50 sonaron las notas de «Será que no me amas», momento en el que Luis Miguel salió al escenario.

Como intro, en las pantallas se proyectó un compendio de fotografías que sirvieron de viaje en el tiempo por su trayectoria, que comenzó siendo apenas un niño. Luis Miguel vivió todas las etapas: ídolo infantil, juvenil y artista establecido.

Con un elegante traje negro, corbata del mismo color y una gran sonrisa dio inicio al show. Luismi, como también se le llama al cantante de 53 años, fue todo sonrisas, algunos pasitos y guiños de ojo, pero no saludó, lo suyo fue a cantar y quienes lo siguen desde hace años saben que es su receta que lo mantiene en una especie de aura enigmática.

El bolero es imprescindible en la discografía de Luis Miguel y llevó este género a una nueva audiencia con el disco «Romance» en los 90. Una de esas interpretaciones, «Por debajo de la mesa» fue cantada al unísono por los asistentes al espectáculo.

Los abrazos y los besos entre las parejas dieron muestra de que la música romántica permanece y llena estadios.

Y ahí, con esa melancolía que impregnan esas canciones entregó con su poder vocal e interpretativo el famoso bolero «No sé tú».

Un público juvenil y adulto, en gran medida pareja de enamorados, vivió cada una de estas canciones, como si las estuvieran esperando. «Dormir contigo», «Usted» y «Como yo te amé», engalanaron el bolero.

Luis Miguel se mostró emocionado con la respuesta del público que llenó el Olímpico y cantó una de las más esperadas por los dominicanos, «Hasta que me olvides», compuesta por el maestro Juan Luis Guerra y que subió en los streaming luego de la serie biográfica «Luis Miguel, la serie», protagonizada por Diego Boneta en 2018.

«Te necesito» y «Amor, amor, amor», canciones que han servido de intro de telenovelas mexicanas, continuaron el amplio repertorio.

Viajó a su época de ídolo juvenil y el aforo ovacionó con «La incondicional», «Culpable o no» y realizó un medley para tratar de complacer hasta los más exigentes: «No me platiques más», «Solamente una vez», «Sol, arena y mar» y «Dormir contigo»

El momento más alto lo brindaron las rancheras. Fue una deuda pendiente con el público dominicano, pues en su último concierto en 2019 faltaron los mariachis.

Cuando en las pantallas se proyectó la bandera mexicana y aparecieron en escena los mariachis, el Olímpico se rindió.

Ellos entonaron «Viva México». Acto seguido apareció Luis Miguel sin la chaqueta y más relajado y la algarabía se dio a más cuando cantó «La bikina» y después «La media vuelta», esas canciones de despecho que ya son clásicos del cancionero latinoamericano.

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