El round robin que en sus primeras 12 fechas había sido el más cerrado e impredecible de la historia (hubo cinco cuádruples empates en uno, tres, cuatro, cinco y seis triunfos y reveses) puede terminar este miércoles, sin la necesidad de que se disputen sus últimas dos jornadas.
También hay espacio para que el dramatismo se extienda hasta el viernes, cuando, de ganar los del norte hoy y mañana, entre Tigres y Orientales se definirá un finalista y el perdedor jugaría un partido extra el sábado en caso de que haya un cibaeño que se imponga en sus tres últimos choques del calendario.
Entre sábados y lunes, con victorias azules y verdes cada día, se creó una grieta tan amplia con relación a los equipos cibaeños, que solo la combinación de un derrumbe de uno de los punteros con uno del norte jugando perfecto puede evitar la primera final entre elefantes y felinos en 43 años.